El Proyecto de Vida es un plan o un conjunto de proyecciones que una persona construye en torno a lo que quiere hacer en el presente y con una perspectiva futura para alcanzar sus metas personales, profesionales y sociales, a corto, mediano y largo plazo. En la adolescencia es de fundamental importancia, puesto que es un aspecto motivador para reducir riesgos como relaciones sexuales tempranas, embarazos no deseados o diversas adicciones.

La psicóloga y educadora Diana Ximena Ochoa, doctora en Promoción y Educación para la Salud, docente de la carrera de Promoción de Salud en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH) nos habla sobre este importante tema, al que está profundamente vinculada desde la práctica en las aulas. Varios de sus estudiantes han estado relacionados laboralmente a la Fundación de Waal (FdW).

¿Qué es el Proyecto de Vida? 

Es una herramienta que permite establecer los objetivos de vida, en función de la personalidad del individuo, de sus prioridades, necesidades, capacidades y potencialidades, permitiendo establecer estrategias de cumplimiento, con los recursos que poseemos o podemos obtener.

El Proyecto de Vida es nuestra hoja de ruta para obtener satisfacciones personales, sociales, profesionales y familiares, para finalmente ocupar un lugar en este mundo en el que podamos sentirnos realizados como seres humanos.

¿Por qué los adolescentes y los jóvenes deberían plantearse un Proyecto de Vida? 

Adquiere especial importancia en la adolescencia y juventud como un factor protector frente a varios riesgos para la salud como embarazos no deseados, relaciones sexuales tempranas, abuso de sustancias, entre otros. En la adolescencia están iniciando el proceso de inserción social y ganando autonomía, lo que hace que se vean a sí mismos como seres más independientes, en este sentido el Proyecto de Vida les ayuda a ganar autosuficiencia y autoconfianza, pero además les permite mirar de forma más clara la hoja de ruta a seguir para cumplir sus objetivos en la adolescencia, juventud y adultez.

¿Cómo puede un adolescente o joven plantear su Proyecto de Vida? 

 Creo que es muy importante, en primer lugar, establecer claramente los recursos con los que cuenta. En el ámbito de los recursos personales, se encuentran aspectos como potencialidades, capacidades, sueños, aptitudes, principios y valores, recursos familiares, entre los que se destacan el apoyo, la confianza, el amor y afecto de sus familiares, los recursos económicos, conocerse a sí mismo y tener el apoyo familiar.

Posteriormente creo que se debe hacer un ejercicio de planificación y visualizarse a futuro en función de los sueños, preguntándose ¿cómo quiero que sea mi vida?, planteo pensar en los siguientes 3 a 5 años, para poder definir mejor los objetivos y estrategias, en función de las circunstancias que se tienen.

Y ya con los objetivos y estrategias, pasar a las actividades o acciones y colocarles un plazo o fechas lo más apegados a la realidad. Es importante ser flexibles y resilientes, entender que no podemos nunca controlar todas las circunstancias.

 ¿Qué situaciones pueden hacer que un Proyecto de Vida cambie de rumbo? 

El Proyecto de Vida guarda íntima relación con la autoestima, resiliencia, redes de apoyo familiar, social y situación socio económica que tenga el o la adolescente, puede variar con el tiempo e irse ajustando a las nuevas realidades y contextos, por tanto, debe ser flexible y personalizado.

Como personas no somos perfectos y tampoco podemos controlar las diferentes circunstancias de la vida, por tanto, algunos objetivos pueden ser difíciles de cumplir o quizá puedan resultar inalcanzables frente a circunstancias adversas, por ello es muy importante en estos casos desarrollar la resiliencia y flexibilidad, para nuevamente enrumbar nuestro plan de vida.

La situación económica familiar, enfermedades, accidentes o la situación política y sanitaria del país son ejemplos de factores que pueden llevar a que nuestro plan cambie de dirección. Así también, las malas decisiones o dificultades en las relaciones interpersonales pueden afectarlo, un ejemplo puede ser el embarazo no deseado, que, aunque el adolescente no lo tenía en mente, puede contribuir a reorientar las prioridades y a encontrarle un nuevo sentido a su vida.

Por eso sugiero plantearlo de 3 a 5 años y siempre irlo retroalimentando, porque somos cambiantes. Por lo tanto, también debemos fortalecer la autoestima, para que con la capacidad de adaptación sea posible superar las adversidades.

¿Conoce usted casos en los que los adolescentes o jóvenes, de algún lugar, comunidad, agrupación, centro educativo, estén aplicando el Proyecto de Vida?

Sí, justamente el Ministerio de Educación del Ecuador desarrolló un documento con varias herramientas que permiten crear el Proyecto de Vida, en cada uno de los niveles de las unidades educativas. Tomando está iniciativa, y la creación de la asignatura de Desarrollo Humano Integral desde el año 2019 en el sistema educativo ecuatoriano, en la Unidad Educativa Nuevo Mundo en la ciudad de Riobamba hemos trabajado mucho en habilidades para la vida, autoestima y Proyecto de Vida, pue se trata de una institución inclusiva de atención personalizada que acoge a un importante grupo de estudiantes, con necesidades educativas específicas asociadas y no asociadas a la discapacidad. Como socia y asesora del Departamento de Consejería Estudiantil he apoyado mucho en estas áreas, la evidencia del trabajo se ha plasmado en varias publicaciones científicas y sobre todo al obtener una distinción especial otorgada por la OEA en el 2018 como prácticas inspiradoras en Ecuador.

Creo que es muy necesario trabajar mucho en el sistema educativo y en los medios de comunicación para fortalecer las capacidades, potencialidades, autoestima, habilidades para la vida, valores y principios morales en los niños/as, adolescentes y jóvenes. Se debe trabajar de forma articulada e intersectorial entre los organismos de salud, educación e inclusión social.  Lamentablemente la realidad actual está quitando la esperanza y desmotivando a la juventud, por lo que es necesario crear entornos seguros que acompañen a los adolescentes y jóvenes que lo requieran para que tengan claro su Proyecto de Vida.